Aunque creas que tu primer encuentro con el yoga es debido a una necesidad física, mental o emocional, solo cuando estas preparada/o para transformarte y cuestionarte atraviesas esa puerta. El yoga no es para los que se quedan en el umbral ni pasan de puntillas. Tampoco es para leer, es algo para experimentar y crear una revolución interior que te lleve a convertirte en tu mejor versión, que te obliga hacer un viaje hacia dentro, hacia tu origen, que te lleva a casa.
Una vez dentro, hay que ser valiente para quedarse y no salir corriendo, pues la trasformación depende de ti, de tú motivación, de tú apertura, de tú necesidad:
¿De qué vale saber asana, pranayamas y demás conocimiento si no te trasforma por dentro?, pero además ¿de qué vale un asana muy bonito externamente sino supone un cambio en nosotros de los que no se ven en una foto o red social?
Todo en la vida es una oportunidad de practicar yoga, pero en nuestras clases trabajamos sobre lo físico para repercutir en lo energético, mental y emocional. Utilizamos nuestra alfombra mágica (la esterilla) para transformarnos de manera global. Todo lo que hago en mi esterilla tiene su repercusión en mi vida.
El yoga no es una práctica suave al igual que la vida muchas veces no es suave, mostrándote aquello que debes hacer por encima de lo que te apetece. Muchas veces te encontraras con cosas en tu esterilla que no te gustan, pero el yoga no busca agradarte sino darte herramientas para transformarte. Uno de mis libros preferidos hace referencia a una batalla en dónde uno de sus protagonistas Arjuna debe enfrentarse a familiares y vecinos, este horrorizado decide que no va pelear en esa batalla y Krisna le muestra que la vida es un camino donde poder hacer aquello que he venido a realizar por encima de lo que me gustaría hacer, le muestra el sendero del yoga. (Bhagavad Guita).
Todo el trabajo de nuestras clases está orientado a crear las condiciones necesarias para que surja esa revolución interior individual que tenga una repercusión global. He transitado muchos caminos del yoga, pasando por diferentes escuelas, de todas he aprendido muchísimo pero ahora mi camino como profesora es buscar la utilidad del yoga y no que produzca placer, quiero sacarle todo su jugo provocando una batalla interna que haga que te cuestiones lo que haces, dices, piensas, comes, etc. Y que yo solo sea un instrumento o vehículo que te acompañe.
La mejor puerta que se puede abrir es el yoga, y si algo me ha enseñado el yoga integral es que todas/os llevamos dentro una guerrera/o esperando a que se creen las condiciones necesarias para salir a la superficie, esa fuerza interior que hace que te levantes cada vez que la vida te pone la zancadilla.
“El verdadero yoga no se trata de la forma de tu cuerpo, sino de la forma de tu vida. El yoga no se realiza, se vive. Al yoga no le importa qué has sido; le importa la persona en la que te estas convirtiendo.”
“Hay una fuerza interior que nos sostiene cuando las cosas se ponen difíciles, que nos empuja hacia delante, una fuerza que habita en tu interior detrás de todo aquello que crees ser bajo el disfraz de patrones genéticos y ruedas psico-emocionales”.
Ya tienes las llaves para ir hacia dentro, el yoga, pero además conoces el punto de salida el pistoletazo, la palabra Atha (ahora):
¿Qué buscas tu del yoga? ¿estirarte o cuestionarte?…
¡Atento! ¡Algo extraordinario va ocurrir, estate abierto al compromiso!
NAMASTE