Con esta frase histórica Mahatma Gandhi invitaba al mundo a vivir desde la no violencia (ahimsa) bajo un movimiento pacífico: se puede luchar por ideales sin recurrir jamás a la violencia, “ojo por ojo y todo el mundo acabaría ciego” eran algunas de sus palabras.
Vivimos tiempos difíciles donde podemos darnos cuenta que la no violencia de Gandhi sigue siendo un mensaje que no ha pasado de moda, donde su causa fue una lucha inacabada, desde una resistencia pacífica ante la violencia de cualquier tipo, una lucha que nos toca a nosotros continuar (y no a futuras generaciones que también, tendrán que arrimar el hombro)con esa marcha silenciosa desde la paz, con ese mensaje de fondo “si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo”, con ese estandarte blanco ondeando sobre la tierra, con esa sonrisa suave que todo lo cambia.
“…Muy bonito eso de la paz” suelen decirme en mi entorno “…pero mirar para otro lado no evita las guerras”, o “…vas por la vida como una maleta” a mí respuesta de negarme a ser envenenada con todo lo que nos quieren vender.
No se trata de cruzarnos de brazos, ni de no querer mirar lo que está sucediendo, tampoco de aceptar el mal callándonos. Esta alma grande, Mahatma, hablaba de pasividad física, pero de actividad espiritual, para conseguir la paz. Y es en este punto donde nos hemos perdido en occidente al creer que ser espiritual es llevar turbante o ser religioso, cuando espiritualidad es aceptar que hay algo más allá de la mente y el cuerpo, por lo tanto, ser espiritual es dedicar tiempo dentro de uno mismo para encontrar ese espíritu, y poder ser ese cambio que queremos ver en el mundo.
Existe una necesidad imperiosa en estos momentos de volver a conectar con esa resistencia pacífica, ocupándonos de cultivar la paz en uno mismo para que eso sea lo que vivamos fuera. No sirve de nada pedir la paz en un estado de wasap, o red social si luego vivimos en una guerra constante, y no hablo de violencia física solo, sino de esa violencia implícita totalmente aceptada que creemos que podemos lanzar contra nosotros y el resto del mundo con total libertad. Palabras negativas y oscuras, predicciones bélicas, terceras guerras mundiales, invenciones de nuevos virus más mortales que la covid19, desastres naturales, guerras nucleares y finales del mundo, son algunas de las bombas verbales que he visto lanzar estos días cargadas de violencia. Hemos pasado de hablar de un virus a este otro tipo de conversaciones sin darnos cuenta que aún tenemos secuelas de un virus mortal. Y pregunto
¿Qué ganamos escupiendo este tipo de violencia en las conversaciones? ¿cuál es la intención al contar todas estas falacias? ¿pensamos en el daño que causamos a personas vulnerables en estos momentos tales como niños, jóvenes o tercera edad, tocados y casi hundidos después de una pandemia? … palabras que vienen de pensamientos que nos roban la energía, cargadas de tanta violencia como las balas utilizadas en cualquier guerra.
¿Quieres un cambio?, pues empieza cultivándolo en ti. Habla de paz, felicidad amor y luz. Habla de todas esas cosas buenas que existen en el mundo y nadie habla, de esa parte luminosa que existe en cada ser humano. Programa tu mente para emitir pensamientos elevados para poder elevar la energía del planeta.
Existe un símil muy bonito del universo con una radio, con diferentes diales donde poder conectarse, unos emiten energías oscuras de miedo y violencia otras melodías de calma y paz, la decisión de emisora está en tus manos, pero también la responsabilidad energética que va en tus pensamientos, palabras y acciones.
En muchas salas de yoga del mundo las clases comienzan y terminan con un mantra, donde la palabra paz se repite tres veces, simbolizando la paz mental, verbal y física. Creo en el ser humano y tengo la esperanza de encontrar la paz individual, la paz colectiva y la paz universal.
OM SHANTI, SHANTI, SHANTI
Paz y bien
Silvia